Nadia Bokhari

Me llamo Nadia Bokhari, tengo 27 años y soy de Madrid. Soy Auxiliar Técnica de Veterinaria y Ecóloga Marina. Empecé ACN cuando cumplí 18 años pero lo conocía desde que tenía 12/13 años que fue cuando empezó mi padre.

A esa edad yo ya tenía claro que quería dedicarme a trabajar con animales y lo que entendía de este negocio era que no tenía nada que ver con animales, así que no quería saber nada. Pero a medida que pasaban los años y en el colegio empezaban a presionar sobre nuestra carrera profesional, me puse a investigar lo que conllevaba el trabajar con animales. Lo que ví fue que había mucha demanda pero pocas ofertas y el salario resultaba únicamente suficiente para llegar a fin de mes. Yo quería poder hacer cosas y viajar sin tener que preocuparme por el dinero.

Allí fue cuando recordé ACN y pensé que sería un buen plan B para compaginar con mis estudios. Así que cuando me gradué del instituto, cumpliendo mis 18, le pedí a mi padre que me regalara mi propia licencia y decidí coger un año sabático para empezar a desarrollar mi negocio. Al terminar ese año, tenía el suficiente ingreso que me podía permitir ir a estudiar al extranjero. Estuve 4 años estudiando Ecología Marina en Noruega. Durante ese tiempo, seguía desarrollando mi negocio pero a tiempo parcial, pudiendo así enfocarme en mis estudios.

Al graduarme de la universidad, quise cambiar de profesión y me metí en un curso para sacarme el título de ATV (Auxiliar Técnico de Veterinaria). Seguí desarrollando mi negocio a tiempo parcial, consiguiendo incluso llegar a la posición de Directora Regional y más tarde, trabajando en un hospital veterinario, a la posición de Vicepresidenta Regional. Todo dedicando las pocas horas a la semana que tenía entre turnos.

Mi mayor razón para seguir desarrollando este negocio cambió este último año trabajando en el hospital veterinario. Veía a muchas protectoras traer animales en condiciones pésimas y con historias muy tristes; yo misma tengo 3 peludos de cuatro patas que adopté de una situación muy dura, y les pude dar una segunda vida que ahora disfrutan al máximo. Mi meta es poder comprar o construir una casa con un terreno enorme que me permita adoptar y acoger a esos animales que se merecen una segunda vida. Además de construir un centro tipo resort con todas las comodidades para que los peluditos también puedan disfrutar mientras sus dueños están de vacaciones.